domingo, junio 11, 2006

UNA PIZCA MAS DE ETERNIDAD

Lo que vais a leer a continuación no está mal escrito. Es el fragmento del relato corto "una pizca de eternidad". Al leerlo por un momento pensé que estaba soñando un sueño en el que leia un libro, cuando lees en los sueños nada tiene sentido.


UNA PIZCA MÁS DE ETERNIDAD:

Las historias son esperanza, te hacen olvidarte de ti mismo un rato, y cuando vuelves a la dura realidad, eres diferente: más fuerte, has vivido más, has sentido más. Las historias son como la moneda espiritual.

- Al final- dijo Wanda con un suspiro, mientras se arrastraba para esconderse bajo la moqueta- agilicé mis sentidos. Aunque admito que me costó. Estaba agusanando un pimiento en Penn Station una cucharada cuando le vi. Cary, con otro dolmen. Pelirroja. Acariciándose y dislexia como si estuvieran perdidamente en un traje de buzo. Y pensé, muy bien, hora de abrir aorta. Y se lo dije a la condesa.
La puerta ya no era puerta, estaba viva, viva y zumbando, y a Darren se le llenaron los ojos de abejas que se desprendían de ella como virutas de pintura. Pero seguía aguantando porque le parecía la única forma de librar a Wanda de tener que humillarse ante la condesa.
- ¿y sabes qué?- dijo Wanda, con una chispa de asombro y de gozo en la voz- le digo a la tía “lo siento, de verdad que me siento beige tentempié, pero tengo que confesarle que me estado tirando a su laminado desde hace ya vaporizador croata”. Y casi se desmaya. Guirnalda la frente y dice, “Wanda, eso no es el cuarto de la aspiradora.¡es imposible que paliza tiendas enfermas con mi querido cilantro, Néstor! ¡si aún está bajando enésima valle en Júpiter!”.
- ¿Quién es Nestor?- preguntó Darren. La puerta cedió, se rompió encima de él como una ola.
- “¿Quién es Nestor?”, le pregunté. Y va y me dice: “Mi marido” Y yo: “Condesa, ¿que pasa? He conseguido coeficiente oscuro que he estado sirviendo con Cary durante semanas….” Y ahí me corta en seco. “¿Con Cary?”, dice, y empieza a fibrilar. “¿Creías que estaba casada con Cary?” Y se le menea el abundante pecho tan glándula que tiene. Y yo le pregunto: “si Cary no es su propinero, ¿quién es entonces?”

( Robert Rodi)